A vueltas con el CV

Retomo la actividad del blog después de un tiempo de parón y, curiosamente, la retomo con el mismo tema con el que lo empecé, allá por el lejano 2012… El curriculum vitae, que se supone que iba a desaparecer, sigue siendo el caballo de batalla de muchas personas que se encuentran en situación de desempleo o de mejora de empleo. A lo largo de todos mis años de trabajo como orientadora profesional, he atendido a jóvenes sin titulación, jóvenes titulados universitarios, jóvenes migrantes, mujeres VVG, mujeres que vuelven al mercado laboral, personas paradas de larga duración, personas que se acaban de quedar en desempleo, personas con diversidad funcional… y  puedo decir que siempre, en mayor o menor medida, el curriculum es uno de los puntos de mayor preocupación. Da igual qué perfil tengas, el curriculum te va a traer de cabeza. 

Esta herramienta de búsqueda de empleo sigue siendo LA HERRAMIENTA de entrada: nos da acceso a la entrevista de trabajo, nos permite seguir avanzando en los niveles iniciales de los procesos de selección y sigue siendo la herramienta que se utiliza cuando vamos a ferias de empleo. Con toda la tecnología que hemos implementado en nuestra vida, el CV en papel sigue funcionando. En cierto modo, me parece increíble. 

Pero el punto de este post no es tanto el hacer una reflexión sociológica sobre el mantenimiento del CV en nuestra realidad actual, sino intentar arrojar algo de luz para que sea lo más funcional y atractivo posible. No voy a innovar, no voy a crear un post revolucionario, mi objetivo es que consigas que tu curriculum te guste pero también que consiga gustar a la persona que lo reciba, y que te quiera conocer. Al fin y al cabo, ese es siempre el fin último del curriculum: generar el suficiente interés para que quieran hablar contigo en persona. 

Por eso, 8 puntos clave que tiene que tener un curriculum ÚTIL:

  1. El contenido es la clave: es importante que sea bonito, visualmente atractivo, pero si no sé explicar ni poner en valor lo que he hecho, no vale para nada. Reflexiona sobre tus logros, sobre cómo haces tu trabajo, qué valor aportas, competencias blandas que te definen… y no repitas funciones. Optimiza el espacio del CV y el tiempo de lectura. Las tres palabras que tienen que definir un curriculum es: claro, conciso y concreto. Es decir, que sea breve y bien definido, sin florituras.
  2. El diseño ayuda al contenido, no al revés. Con un contenido concreto y conciso es cuando podemos jugar más con el diseño. Si tu punto fuerte no es la creatividad, hay muchas herramientas como CANVA que te permiten crear curriculums bonitos. Pero, ojo, si tu punto fuerte no es el manejarte con esa herramienta, apuesta por algo más sencillo. Tanto en Word como en Google Documentos tienes plantillas sencillas de CV que puedes editar a tu gusto, y sin sufrir. 
  3. Tu curriculum lo tiene que entender alguien que no te conoce de nada. Esto tiene que ir a fuego. O nos perdemos en explicar, argumentar y redactar, o por contra no explicamos nada. Tu curriculum no es para ti, es para que otra persona valore si puedes ser capaz o no de desempeñar un puesto de trabajo. Juega con el curriculum, adáptalo a lo que el puesto demanda (en las ofertas publicadas tenemos generalmente muchas pistas sobre esto) y resalta aquellos aspectos que te beneficien para esa oferta. No es tanto tener 5 CV diferentes si no tener uno general que adaptarás a cada oferta. Y sobre todo, pensando en quien lo vaya a leer ni se aburra, ni se pierda, ni se quede sin tener la información relevante para poder valorarte. 
  4. Crea tu perfil profesional. Un perfil profesional es un pequeño texto que se pone al principio del curriculum, entre los datos personales y el resto del contenido del mismo. El fin del perfil es poner el foco sobre lo que puedes aportar a esa oferta concreta, una especie de mini carta de presentación que resalte tus puntos fuertes o lo que puedes aportar. Hay muchos ejemplos en internet para que te inspire, si tienes LinkedIn, el Acerca de puede ser algo parecido. El objetivo es facilitar la comprensión de porqué puedes ser un buen candidato/a. Cúrratelo, un buen perfil ayuda mucho a la persona que recibe tu CV y también a ti mismo/a a la hora de argumentar en una futura entrevista de trabajo. 
  5. Adapta SIEMPRE tu curriculum y perfil profesional a la oferta o empresa a la que lo remites. Fundamental. Cada empresa, cada oferta, es diferente, y por eso deberemos jugar, adaptando nuestro CV a esa demanda concreta. Revisa la oferta y busca pistas sobre lo que van a valorar en el proceso, tanto formación como experiencia y competencias que ya tengas y que puedas aportar, e inclúyelos a lo largo de tu CV. Piensa siempre que el objetivo del CV es llegar a la entrevista, no hace falta que expliques toooodo con un montón de detalle, resalta lo importante y luego en la entrevista te explayas. 
  6. Reflexiona sobre tus logros. Si no sabes qué has conseguido a lo largo de tu trayectoria profesional, es imposible que puedas aportar un valor diferencial. Piensa sobre tus logros, no hace falta que sean grandes cosas, igual es crear una excel que reduzca el tiempo de trabajo. Cosas que has conseguido que agilizan tu trabajo, o cómo has conseguido aumentar el tráfico a una web, o conseguir abrir nuevos mercados, o el haber conseguido que un cliente enfadado se fuera satisfecho. Las pequeñas cosas marcan la diferencia. Identificar nuestros logros es un ejercicio muy potente que nos ayuda de dos maneras: a reforzar lo que valemos a nivel profesional para nosotros mismos y también a poder transmitir en una entrevista o CV todo lo que puede ganar la empresa si nos contrata. Todo es replicable, así que piensa, que si una vez conseguiste algo bueno, seguro que lo puedes hacer otra vez en otra empresa. Eso es un valor diferencial que va a dar empuje a tu candidatura, te lo aseguro.
  7. Concreto y conciso, no “apretado”. El diseño no es determinante pero sí es importante. Poner muchas cosas juntas en el CV no es ser conciso ni concreto. Consigue impacto con tu CV con un diseño que sea atractivo y que no de pereza leer, que no asuste. Organiza las ideas, resalta lo relevante y hazlo con un diseño limpio. Ayuda mucho a la persona que recibe tu CV y además, facilita su lectura.
  8. Datos personales y foto: con cabeza. Genera muchas dudas qué foto poner, si poner o no, qué datos personales reflejar, ¿pongo la dirección completa? Al final, impera lo práctico. ¿Cuál es el objetivo de poner tus datos personales en el curriculum? Que sepan quién eres y cómo contactar contigo. Y ya está. Es decir, tus datos personales deberían ser tu nombre y apellidos, tu teléfono, tu correo electrónico, tu ciudad de residencia y poco más (puedes añadir disponibilidad o no de vehículo, tu perfil de LinkedIn u otra web externa que muestre tu trabajo…) Y la foto, por favor, que sea reciente, que se te vea bien, que sea lo más profesional posible y que vaya en la línea del tono de tu CV. Si el CV es de lo primero que ven, piensa qué imagen quieres que acompañe a esa impresión inicial.

Y poco más, la verdad. ¿O qué, añadirías algo más? Te leo 😉

Deja un comentario

Este sitio utiliza Akismet para reducir el spam. Conoce cómo se procesan los datos de tus comentarios.