Hoy por hoy, encontrarse en desempleo te coloca en una situación que ofrece pocas alternativas. Cada día más, el empleo o la carencia de él es una circunstancia determinante que desencadena situaciones de problemática social que hace tiempo no se veían.
Llevo muchos años interesada en el concepto del empleo como elemento de integración social, de hecho las prácticas de Trabajo Social ya las hice en uno de los pocos servicios de orientación que había, hace más de 10 años. Desde entoces, toda mi carrera la enfoqué a favorecer que las personas con escasos recursos y habilidades desarrollaran las herramientas básicas necesarias para poder desenvolverse a la hora de buscar, mejorando (o intentando al menos) su situación de partida e incidiendo en aumentar las posibilidades de colocación.
Hoy el desempleo es muy diferente al de hace años. Y esta situación no va a ser fácil de solucionar a priori. Estamos asistiendo a una muerte paulatina de un modelo económico que está dando muestras de agotamiento y se está volviendo obsoleto a pasos agigantados. ¿En qué me baso? Es muy fácil, sólo hay que mirar las ocupaciones que no tienen paro, y no sólo hablo de España.La industria está pasada de rosca, la construcción está en plena decadencia, la minería vemos todos lo que está ocurriendo con ella… Evidentemente, tarde o temprano, la «revolución industrial» tenía que llegar a su fin. Y está llegando con retraso pero de golpe y porrazo, y o te adaptas, o te quedas fuera. Esto es lo que está pasando, y es un grave problema. Porque no se puede reinsertar a más 5.000.000 de parados después de haber hecho cursos de formación para reciclarse, que realmente es importante, pero no lo único importante, pues debe ir de la mano con una reforma en el acceso al trabajo; porque las certificaciones profesionales siguen yendo a paso de tortuga y para optar a cualquier puesto de trabajo te van a pedir titulación, y aunque sí se ha avanzado, el sistema no tiene herramientas para pone en marcha esa acreditación de forma óptima; porque una tabla salvavidas que se suponía que iba a ser todo el tema de energías renovables se ha quedado en agua de borrajas… La formación y el empleo deben ser considerados como un continuo: «me formo para obtener un futuro puesto de trabajo en un ámbito determinado» La formación reglada y no reglada se intenta adaptar a las nuevas demandas, pero va lenta (inevitablemente) y además se cambia cada dos por tres, lo cual ralentiza más que se adapte a un futuro cambiante.
Y este modelo económico que está dando sus últimos estertores choca frontalmente con dos cosas: la propia ciudadanía, a la que ha pillado totalmente desprevenida, y la propia clase empresarial, que tiene miedo al cambio y a ceder según qué privilegios adquiridos por la tradición.
En fin, que la solución perfecta para todos nunca se da, pero en este caso no se vislumbra algo semejante. No queda más que hacer lo que uno tiene en su mano, que es seguir buscando el hueco en este mercado laboral tan competitivo, encontrar tu propio nicho de mercado y trabajarte y desarrollar todo lo que puedas tu marca definitoria personal. Con paso firme y seguro, y siguiendo el camino, llegarás a tu objetivo.