Dado que el 2013 está a la vuelta de la esquina es imprescindible comenzar a perfilar los propósitos de nuevo año que nos van a guiar. Para hacer unos objetivos coherentes y que sigan un plan debemos tener el camino trazado de antemano, pero sin duda, lo primordial es trazar unos objetivos que NOS CREAMOS, VEAMOS CAPACES DE CONSEGUIR Y SEAN MOTIVANTES.
La clarificación y planificación de objetivos es algo que es no sólo básico sino imprescindible para empezar a dar los primeros pasos hacia lo que queremos, algo que no siempre tenemos claro ni definido e incluso a veces el simple hecho de pararnos a pensar nos supone un gran esfuerzo. Ahora es un buen momento para reflexionar qué estamos haciendo, hacia dónde queremos ir y, sobre todo, qué vamos a hacer para conseguir nuestra meta.
Partiremos de la idea de «en 2012 he conseguido…» y haremos una lista de todos nuestros logros de este año que se nos va. Logros que pueden ir desde el haber tenido claro nuestros objetivos o haber leído un libro inspirador hasta haber tenido una entrevista de trabajo o hacernos nuestro perfil en LinkedIn. Nuestros logros son nuestros y los valoramos nosotros/as, no seamos muy duros/as con uno/a mismo/a…. A partir de ahí, trazaremos nuestro camino para el 2013, ya sabes, de una forma lo más coherente con lo conseguido, lo deseado y lo circunstancial. Por mucho que me plantee como meta ser ministro/a de educación es posible que los impedimientos sean mayores que las posibilidades reales, y eso es el germen de la frustración, así que dejemos de lado las cosas a priori difíciles y centrémonos en qué puedo conseguir. Y con eso claro, redacto:
«Mis propósitos de nuevo año son seguir… | mejorar…. | modificar… | poner en marcha…. | colaborar… | ser… | etc…»
Si después de escribirlo, lo leo en voz alta y no me suena inconcebible, vamos por buen camino. Si lo veo imposible, lo modificaré de antemano, vuelvo a la idea, FRUSTRACIONES LAS MÍNIMAS. Controlemos nuestro rol con los objetivos, si evitamos redactar objetivos poco claros o con dificultades reales para conseguirlos, seremos más efectivos.
Como idea útil, puedes dibujar tus metas para el 2013 en forma de árbol. Tus raíces serán los objetivos conseguidos durante el 2012 (o anteriormente) y las ramas lo que quieres conseguir. La clave de todo está en definir lo máximo posible los objetivos para poder así llegar a conseguirlos. Si mi objetivo es «encontrar trabajo», cuanto más lo pueda operativizar (encontrar trabajo de limpieza en una oficina situada en la zona de … o en los polígonos de… manejando las herramientas de…; por ejemplo) más fácil resultará poder comenzar a trazar los caminos, ¿o no es más fácil saber concretamente dónde voy para poder buscar la ruta adecuada?
Como siempre decimos, trabajaremos en el ámbito donde podemos actuar, esto es, nosotros/as mismos/as y nuestras/as circunstancias más inmediatas. Pero sobre todo, lo primordial, es que nos creamos que somos capaces de lograr nuestros objetivos de una forma realista y motivadora, ese será nuestro principal motor para empezar el 2013 de la mejor manera posible: con ganas.