Llevo más de un año teorizando sobre la búsqueda de empleo, pero hoy lo que os quiero contar no es teoría, sino realidad práctica. Cuando nos quedamos sin trabajo el cambio de situación nos crea parálisis, no sabemos qué hacer con nuestro tiempo, no sabemos para dónde tirar, cuesta mucho arrancar de nuevo, cuando además los estímulos externos que recibimos son tan negativos (crisis, paro, etc) Pero hoy han pasado varias cosas, una de ellas ha sido el leer en el Blog del INAEM la entrada de Carlos Andréu, donde recoge la idea de que uno ante la adversidad puede hacer varias cosas, tres en concreto: no hacer nada (quejándose y autocompadeciéndose), enfrentarse a la adversidad o transformarla en algo positivo. Pues bien, la entrada de hoy va sobre esto último, sobre transformar esa adversidad creando algo bueno.
Mi hermana se quedó en septiembre del año pasado en paro. Después de unos meses de ERE al final la empresa optó por despedir y uno de ellos le tocó a ella, imagino que todos conoceréis en vuestro círculo más cercano ejemplos de este tipo, ¿cierto? Ante unos primeros momentos de atasco mental y dificultades, optó por una vía que ya llevaba valorando hacía tiempo (desde el inicio del ERE más o menos) y que era el formarse en algo completamente diferente a lo que estaba haciendo, abriendo de esta manera una puerta que de otra forma nunca hubiera siquiera valorado. Inició un grado medio de la rama sanitaria, después de tener una trayectoria laboral de muchos años completamente diferente a ese área. Y se lo curró, muchísimo. Estudió, se formó y trabajó muy a fondo. Mi hermana, con 50 años, aunque no los aparenta ;), casada y con dos hijos, fue capaz de reinventarse de la cabeza a los pies. Y no sólo eso, sino que fue capaz de mantener el ánimo, de conservar su objetivo como la única vía, la meta como el elemento determinante que nos ayuda a seguir hacia delante. Pues bien, acabó en mayo los exámenes con unas notas más que excelentes, y a falta de las prácticas inició la búsqueda de empleo. Repartió curriculums, contactó con gente que le podía ayudar, se movió, buscando y llamando a diversas puertas. Bueno, la semana que viene empieza a trabajar y hoy me ha llamado para contarme que le habían llamado de otra empresa también para trabajar.
Puede parecer que os estoy contando un relato con final feliz, pero no, no me lo he inventado, es totalmente cierto. Y es que los finales felices a veces ocurren también en la vida real, pero no por que sí, los finales felices ocurren porque ha habido un esfuerzo tremendo, porque ha habido seguridad en las capacidades de uno mismo, deseo y entrega, en definitiva, porque me lo he currado al máximo. Las cosas que nos ocurren pueden o no pasar porque sí, pero lo que hagamos con ellas depende enteramente de nosotros, porque la vida no es cuestión de suerte, es cuestión de determinación.
Muy cierto, a veces da miedo empezar desde cero por otro rumbo pero con la época a la que nos enfrentamos es una de las mejores opciones por muchas razones. De hecho muchos de los clientes de la empresa en la que colaboro han encontrado una salida exitosa, después de períodos largos de paro, en la venta online. Un artículo muy bueno con una experiencia real animadora 😉
Gracias por comentar Marta. Sin duda, el empezar desde cero siempre da miedo, y más cuando no ha sido algo buscado sino que más bien te has visto abocado a ello. Pero siempre hay opciones, la cuestión es valorarlas e ir a por ella. Un saludo!
Elena