
Hay muchos decálogos, muchas listas con cosas a tener en cuenta en una entrevista, muchas recomendaciones e ideas, todas ellas sin duda muy importantes. Pero sólo hay una clave para hacer una buena entrevista de trabajo, y es transmitir ganas. A veces nos empeñamos en centrarnos qué tenemos que decir y cómo tenemos que decirlo, y nos olvidamos de lo que tiene que recibir la persona que nos hace la entrevista: nos centramos tanto en lo que queremos decir que nos olvidamos del efecto. Y ésa es la verdadera clave. Por que por mucho que sepas qué vas a decir, cómo tienes que mirar, qué postura poner o qué tres características personales tuyas te definen todo eso se queda en nada si no lo transmitimos con alma.
Ponerse en la piel del entrevistador, saber qué es lo que hace falta para desempeñar el trabajo, escoger las palabras adecuadas… todo eso es fundamental pero ¿cómo lo transmites? ¿qué recibe la otra persona? No digo emocionarse histriónicamente ni tampoco lanzar sonrisas y exclamaciones sin sentido. Es una cosa mucho más sencilla y por ello mismo extraordinariamente complicada. ¿Te has visto a ti alguna vez diciendo algo con ganas? ¿Te has visto a ti diciendo algo alguna vez? Por lo general los seres humanos no somos conscientes de cómo transmitimos las cosas, básicamente porque no nos vemos. Yo puedo pensar que estoy transmitiendo una enorme motivación y mi expresión facial o mis palabras resultar tan vacías (ambas) que toda la motivación se queda en nada. Ponte delante de un espejo y practica, habla de algo que te guste mucho, mírate cómo brillan tus ojos, como la sonrisa aflora, cómo transmites ganas al 100%. Ahora imagina que estás en una entrevista de trabajo (ojo, no para el trabajo de tu vida, si no para un trabajo, por que es lo que estás buscando, ¿no?) y ponte en situación, prueba a ser capaz de transmitir lo mismo con tus palabras y tu expresión. La clave no es la comunicación verbal O la comunicación no verbal, la clave de todo es cómo transmites tus ganas de trabajar.
Llegar a una entrevista de trabajo es un éxito realmente, por que te quieren conocer, por que ya han visto por tu curriculum que eres capaz de desempeñar el trabajo, demuestra que eres la persona que están buscando, por que ya saben que eres el profesional adecuado.
Hola Elena. Has dado con la clave principal: el entusiasmo por el trabajo al que optas. Trasmitir ganas y energía hace que destaques del resto. Salu2.
Hola Elena!
como siempre un gustazo leerte, tu post me ha recordado el único consejo que me daba mi padre antes de una entrevista de trabajo: «demuéstrales las ganas que tienes».
En mi opinión uno de los más valiosos activos que se puede tener hoy en día es la MOTIVACIÓN, el ENTUSIASMO. No tienen precio. Hugh McLeod dijo que «El mértito se compra, la pasión no». De ENTUSIASMO es de lo que nos habló ayer André Stern en el primer acto oficial de la nueva Facultad de Educación. Aula llena… pero no me quiero ir por las ramas… igual lo comento en mi blog.
En cuanto a lo que propones de «¿Te has visto a ti alguna vez…. Ahora imagina que estás en una entrevista… Ponte en situación…», Elena, sabes mucho más Coaching y Programación Neurolingüística de lo que imaginas. La VISUALIZACIÓN del ÉXITO es, junto con el círculo de excelencia y la imaginería, herramientas básicas para trabajar el nivel neurológico de las CAPACIDADES personales. Capacidad entendida como: SÉ Y PUEDO. Se trata de cambios en un nivel neurológico superficial de nuestra personalidad. Siendo nosotros un iceberg nuestras capacidades estarían en la parte visible. Tienen que ver con las habilidades, con el CÓMO vamos a actuar para alcanzar nuestro OBJETIVO (en este caso, que nos contraten). La visualización del éxito es una forma de ensayo mental en el cual practicamos una actividad o proceso con anterioridad a que suceda (por ejemplo, los giros en la práctica del esquí o el saque en el tenis, pasando por una ponencia en público… hasta una entrevista de trabajo). Hay tres pasos a seguir para aplicar esta herramienta, pero eso lo dejo para otro comentario sobre PNL.
Saludos!!