Soy una persona tímida, bastante «para adentro». Generalmente asistir a eventos con mucha gente, en general, me produce mucho nerviosismo, inseguridad y un poquito de ansiedad. Tengo el tope social muy bajo. Pero me he dado cuenta que, curiosamente, este año estoy justo al revés. No sé si estoy haciéndome mayor o qué, pero después de asistir el 19 de octubre a Marca Personal Activa en Zaragoza Activa, y hoy a las XVII Jornadas de orientación profesional me he dado cuenta de una cosa: de lo que hace falta el contacto humano.
De la pandemia tenemos que aprender muchas cosas, pero a día de hoy, la enseñanza más importante para mi es que hace falta volver, volver a escucharnos, a saludarnos, a vernos y a tocarnos. A sentir que somos humanos y no sólo caras al otro lado de la pantalla. Reconozco que soy eminentemente TIC, es así. Pero el 19 de octubre en Zaragoza Activa, y hoy en la Ciudad Escolar Pignatelli, he sentido la necesidad de saludar y de abrazar, y eso para alguien como yo es bastante raro.
Hacía tiempo que no escribía en este blog. Como todos, he tenido mis momentos, mis más y mis menos con la orientación. No encontraba temas, no encontraba motivación, no sentía que pudiera aportar. Y no es que hoy me sienta especialmente aportadora, el post no tiene ese fin. Pero sí que siento que me sale escribirlo, que me apetece reconectar y que sí, que estar con personas es lo que nos hace crecer, aprender y disfrutar. En fin, que hace falta volver. Además, tengo nuevos Playmobils…
