Un poco de historia… En el año 1998 se elaboró en España el primer Plan Nacional de Acción para el Empleo (PNAE). Este plan (y los siguientes) tenían como objetivo el desarrollar la Estrategia Europea de Empleo configurándose como instrumentos de aplicación de la política de empleo. La Estrategia Europea de Empleo tiene tres pilares básicos: empleabilidad, espíritu de empresa e igualdad de oportunidades. En cada plan anual había diversos objetivos: incrementar políticas activas de empleo, potenciar la estabilidad del empleo, mejorar la incorporación de la mujer al trabajo, mejorar la cohesión e inclusión social, regularizar el trabajo no declarado… Es decir, el concepto de plan de empleo engloba objetivos generales destinados a conseguir mejorar la empleabilidad. Para conseguir esos objetivos generales se trazan directrices, medidas, que se traducen en acciones concretas para la consecución de los mismos.
ES DECIR
El concepto de plan de empleo aplicado a la persona son aquellos análisis, objetivos, herramientas, acciones, que pensamos, planificamos y ponemos en marcha para conseguir un fin laboral: encontrar el puesto de trabajo más adecuado a cada uno. Dicho con otras palabras y tomando una gran frase prestada: si no sabes dónde vas, acabarás en otra parte (Laurence J. Peter).
Por algún motivo, pensar sobre nosotros mismos nos produce un cierto repelús y generalmente no estamos dispuestos a realizar ese esfuerzo. También es cierto que a veces las circunstancias que nos rodean no nos permiten realizar ese análisis y planificación de objetivos, pues las necesidades se nos «comen». Pero siempre podemos encontrar un hueco para pensar quiénes somos, qué podemos aportar, qué queremos y qué necesitamos para conseguirlo. No tiene porque se ahora, puede ser dentro de unos meses, años… lo importante al final es saber que has conseguido algo que realmente querías y no sólo algo que necesitabas…