El concepto de los nuevos yacimientos de empleo lleva mucho tiempo rondando por ahí. Hace años (concretamente a partir de 1993, que es cuando se empezaró a difundir la idea gracias al Libro Blanco Crecimiento, competitividad y empleo, Retos y pistas para entrar en el siglo XXI) se concretaron estos NYE:
- Servicios de la vida diaria: Servicios a domicilio, atención a la infancia, nuevas tecnologías de la información y la comunicación y ayuda a los jóvenes con dificultades, servicios de mediación y asesoramiento en la resolución de conflictos.
- Servicios para la mejora de la calidad de vida: Mejora de la vivienda, seguridad y prevención de riesgos laborales, transportes colectivos locales, aprovechamiento y revalorización de los espacios públicos urbanos y comercios de proximidad.
- Servicios culturales y de ocio: Turismo, sector audiovisual, patrimonio cultural, desarrollo cultural local y deporte.
- Servicios medioambientales: Gestión y tratamiento de residuos, gestión del agua, gestión de la energía, energías alternativas, protección y mantenimiento de áreas naturales y reglamentación y control de la contaminación e instalaciones correspondientes.
Como vemos, no iban muy desencaminados realmente, aunque a fecha de hoy haya sectores que están tan de capa caída que no es que generen empleo, es que lo destruyen, y esto es debido principalmente a la propia situación económica y a la falta de apoyo público con el que se esperaba contar para desarrollarlos y sostenerlos (se partía de la base de que el estado de bienestar fuera de peso). En cambio, hay otros que son parte del (flojo) motor de la economía española, como el sector de las nuevas tecnologías de la información, que ha tenido un avance considerable y tiene previsión de seguir así. Pero hay otro ámbito que poco a poco, de una forma menos espectacular pero sin dejar de avanzar ha ido ganando un terreno sustancioso, y es el relacionado con el medio ambiente.
Hace unos días salía publicada esta noticia en 20minutos «Las empresas verdes resisten pese a la crisis económica» Y es que realmente, y a pesar de que la idea inicial era convertir a España en el mayor parque de energía solar de Europa y que esto revertiera en un aumento considerable de la inserción laboral en este sector, los recortes han hecho mucho daño a esta nueva fuente de energía. Este ha sido un daño que no ha supuesto su fin, aunque el golpe haya sido certero, y es una de las fuentes de negocio que capea el temporal (aunque algunas personas se empeñen en dejar pasar oportunidades y otras pretendan mantener el monopolio de la electricidad)
Según Federico Ramos, Secretario de Estado de Medio Ambiente, «los empleos medioambientalmente sostenibles que en España se han incrementado un 235% en la última década, desde los alrededor de 160.000 puestos de trabajo cuantificados en 1998 a los más de 530.000 existentes en nuestro país el pasado 2009″ (noticia) y aunque el mantenimiento de estos puestos no siempre es real y se destruyen en el momento en que se acaba la subvención que los ayudó a nacer, da lugar a la esperanza ver que algo relacionado con un potencial tan grande como es el medio ambiente en este país pueda ser generador de algo que revierta en la comunidad y sea positivo para el entorno.
Hola Elena, está claro que es uno de los sectores al que vamos a ir, o mejor dicho deberíamos ir, si queremos conservar nuestro planeta por largo tiempo. Lo único que me pregunto si los trabajos relacionados con la industria eólica y la fotovoltaica requerirán que el personal esté muy cualificado, por ejemplo teniendo la titulación de ingenieros.
Hola Antonio,
Sin duda tienes razón en cuanto a la cualificación requerida, ¿pero no es acaso importante esa cualificación para cualquier desempeño laboral? La cuestión es el cambio, el que aparezcan o se desarrollen nuevas profesiones no implican necesariamente un esfuerzo extra, sino un cambio, y eso es justamente lo que nos suele frenar…
Un abrazo y gracias por pasarte y dejar tu opinión, tan valiosa como siempre!!!