
Ha sido empezar el año y, curiosamente, comenzar a ver un montón de reseñas sobre la búsqueda de empleo a través de redes sociales, en concreto que me resultaron más que clarificadoras. Por un lado el fantástico artículo de @tinofernandez en expansion.com con el título más que elocuente de ¿Crees que por ser una estrella de Twitter te darán un trabajo? Y seguidamente el tweet de Alfonso Alcántara aka @yoriento:
Y ya ves qué tontería pero es que tienen toda la razón. Porque parece que por estar en las redes sociales somos más guays, más listos y más de todo, cosa que (ya os digo yo por experiencia propia) no es cierta. No sufres ninguna transformación que mediante ciencia infusa adquieras un montón de conocimiento e ideas, tampoco es que de repente tu vuelvas más creativo ni, por supuesto, te empiecen a llover las ofertas de trabajo. No, nada más lejos de la realidad. Las cosas como son: Tu trabajo está en la vida real, no en la red, y la verdera influencia te la dan los contactos reales, porque las decisiones importantes se siguen tomando en los mismos sitios ( ¿Crees que por ser una estrella de Twitter te darán un trabajo?)
Desde mi experiencia en orientación en estos últimos meses he visto dos tipos totalmente diferenciados de personas en búsqueda de empleo: las que creen firmemente en el uso de las redes sociales y las que tienen miedo de usarlas. Los primeros son los menos, al menos en mi vida analógica. Pero los segundos son legión, tienen realmente miedo de que puedan acceder a su perfil a través de internet, de que puedan saber lo que hacen, de darse a conocer, vamos. Sin duda estar en las redes sociales no te garantiza en absoluto el conseguir un puesto de trabajo, ya lo dice bien clarito @yoriento. Pero estar en las redes sociales te posibilita dos cosas que nunca antes jamás habrías podido conseguir de esta manera: demostrar qué clase de profesional eres y contactar con personas referentes dentro de tu área profesional.
Puedes decidir si quieres tener un perfil en las redes sociales o no, es cuestión de valorar los pros y los contras. Pero las opciones que se te abren te van a ayudar a poder adquirir una serie de información y contactos que de otra forma sería más complicado. Como refiere en el artículo Andrés Pérez Ortega aka @marcapersonal, el número de seguidores o la popularidad que obtengas, no sólo en Twitter, sino en cualquier red social, «ya no es un elemento diferenciador. Ser muy visible en el mundo 2.0 no te convierte en un buen profesional» Lo que marca la diferencia, según Pérez, es «la calidad del trabajo que estás mostrando en esas redes y de qué manera las utilizas. Se trata más bien de usarlas como correa de transmisión de lo que eres capaz de hacer»
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