
Hay personas que acuden a un servicio de orientación sin saber muy bien para qué van. Otras veces las expectativas se nos comen todo lo demás. ¿Qué es un servicio de orientación laboral? Una cosa es clara, lo que NO ES: un lugar para que exclusivamente te llamen de ofertas de trabajo. Para eso están otro tipo de servicios, imprescindibles también. Un servicio de orientación es otra cosa que requiere de una cosa fundamental: implicación.
¿Sirve para algo la orientación? ¿Qué es concretamente un orientador/a laboral? Un/a orientador/a es alguien que, antes de nada, te va a hacer pensar, trabajar y contraponer la realidad (no TU realidad) con tu día a día, y luego, va a procurar abrirte todas las posibilidades para que tú, de manera autónoma, seas capaz de buscarte tu propio trabajo. ¿Estás dispuesto/a a aceptar ese reto? En mi día a día, de siempre, no sólo ahora, encuentras a muchas personas dispuestas a embarcarse en ese camino personal de conocerse, de reconocerse y de autoanalizarse, de mejorar, de cambiar sus formas de buscar trabajo para conseguir abrir nuevos caminos. No necesariamente esos caminos te van a llevar al trabajo de ti voda, pero al menos vas a sentir que tomas las riendas de tu búsqueda. Pero también te encuentras a otras personas incapaces de salir de su bucle por muchas manos que puedas tender. Siempre digo que no puedo meterme en la cabeza de nadie y hacer el «clack» a veces tan necesario para poder avanzar. Una lástima. Un orientador/a no te va a solucionar la vida. De hecho un orientador/a te va a decir cosas que no te gusta escuchar. La clave es cómo tu recojas esas ideas, esas indicaciones. ¿Se puede orientar a alguien que no quiere orientación? Difícil, sin duda, pero dos de las claves para poder hacerlo es primero escucharle y devolverle un feedback lo más objetivo, crítico (en positivo) y enriquecedor posible y de esta forma hacerle consciente de su verdadera realidad. Cuando buscas trabajo estás inmerso en tu búsqueda de empleo y te centras en ello, en tu cotidianidad, en tu idea de «buscar trabajo». Cuando alguien te contrapone ideas, te muestra alternativas, te abre caminos no fáciles, que requieren esfuerzo e implicación, ¿lo aceptas de agrado? ¿Estás dispuesto a recibir pautas, a cambiar? Tu realidad es tuya, y tus circunstancias más inmediatas solo tú las conoces, pero ¿no hay nada más aparte de tu realidad, de tus circunstancias? Muchas veces el esfuerzo de la búsqueda de empleo se nos diluye y se nos va en tareas cotidianas que han perdido su fin y su propósito, en acciones que no nos llevan a ningún sitio y que, con nuestra mejor intención, llevamos a cabo pero que no tienen un fin concreto ni claro. ¿Estás dispuesto/a a que alguien te saque de tu zona de confort y te contraponga contigo mismo/a? ¿Te atreves a darle la vuelta a todo lo que hacías para buscar trabajo, a plantearte DE VERDAD objetivos y a cumplirlos, a cambiar tu curriculum, a mejorar tu redacción a la hora de enviar un curriculum, a completar perfectamente tu perfil en portales de empleo, a mantener vivo tu perfil en LinkedIn, a acudir y registrar tus datos en empresas de trabajo temporal y agencias de colocación, a crear y mantener viva tu red de contactos (que no enchufes!), a utilizar nuevas herramientas para buscar empleo, a registrarte en redes sociales, en definitiva, a implicarte? La experiencia nos dice que no todo el mundo está dispuesto a tomar las riendas de su propia vida, a ser responsable de su búsqueda de trabajo (ojo, no de su inserción, ahí entran en juego más factores), a esforzarse de verdad, a hacer las cosas de manera diferente, de manera cuidada y respetuosa, con cabeza. Por mucho que quieras orientar a alguien que no es capaz de asumir ésto… probablemente no llegues a ningún sitio. Escúchale, hazle ver, reflexionar, y en función de lo que le devuelvas, podrás hacer que comienza a replantearse las cosas.
Nunca me cansaré, buscar trabajo NO ES enviar cientos de curriculum sin orden ni concierto, ni registrarte en doscientas webs de empleo, ni siquiera crear tu perfil en LinkedIn. Buscar trabajo, amigos/as míos/as, es algo que se resume en tres ideas básicas:
- Definir qué estás buscando. Concreta, escribe el puesto de trabajo que buscas, tareas a realizar, herramientas a manejar. ¿Has contrapuesto ese trabajo con la realidad? ¿Existe ese trabajo? Analiza antes de lanzarte como un loco. Piensa. Invierte tu tiempo, investiga qué piden en esos perfiles, qué te hace falta, qué tienes, qué cualidades o competencias cumples o necesitas potenciar. Si buscas trabajo de algo que no demanda el mercado laboral o tienes un perfil desactualizado, antes de lanzarte «de cualquier manera» piensa, y actúa en consecuencia.
- Cuidar las formas. Cuando te registres en un portal de empleo, cuando mandes un CV, cuando te registres en LinkedIn…. Por favor, lo básico: ortografía, las mayúsculas, las tildes, la organización y limpieza del texto. No hace falta que seas un perfecto escritor, sólo cuida tu educación, y si tienes dudas, busca en internet. Al principio puede que te cueste, pero seguro que encuentras ideas.
- Cuidar las herramientas. Un curriculum debe ser atractivo, claro y sencillo. Un curriculum no es algo estanco, vas a adaptarlo a cada oferta, al igual que tu perfil profesional o tu carta de presentación. NO es perder el tiempo, es optimizar tu candidatura.
Si no estás dispuesto/a a recibir ideas, a cambiar tus maneras de buscar empleo o a ser tu propio motor de búsqueda, no acudas a un servicio de orientación, no te van a solventar nada. Pero si quieres ser dueño/a de lo que haces y de lo que no con coherencia, tal vez pueda servirte de ayuda (no de panacea)
Reblogueó esto en Cursos -> prácticas -> trabajoy comentado:
Si no estás dispuesto/a a recibir ideas, a cambiar tus maneras de buscar empleo o a ser tu propio motor de búsqueda, no acudas a un servicio de orientación, no te van a solventar nada. Pero si quieres ser dueño/a de lo que haces y de lo que no con coherencia, tal vez pueda servirte de ayuda (no de panacea)
Me ha encantado Elena. Quizá porque comparto lo que dices. Mi experiencia está muy en tu linea. Tengo un porcentaje de clientes que participan entusiasmados en los primeros momentos del proceso de orientación, en esos momentos en los que nos dedicamos a abrir puertas y a identificar los puntos fuertes. A partir de ahí, cuando se trata de definirse, de establecer objetivos… en fin, de empezar a tomar las riendas, pues eso, se diluyen, dejan de ser constantes o empiezan a aparecer miles de razones para no poder dedicarle el tiempo necesario.
Para mi que a muchas personas les da miedo asumir su futuro profesional. Diría más, a muchas personas les da pánico responsabilizarse de su desarrollo profesional y también del personal.
Insisto, me ha gustado mucho. Gracias por compartirlo !!
Muchísimas gracias de verdad, Xose Alberte, me encanta constatar (una vez más) nuestros puntos de vista comunes. De nuevo gracias y nos leemos atentamente… Un abrazo!!
Reblogueó esto en juandon. Innovación y conocimiento.
Muy bien explicado Elena, la gente en general se cree que por acudir a una persona (ya sea orientador, entrenador, profesor) esta le va a hacer todo el trabajo y se necesita una implicación por parte del interesado, un esfuerzo. El orientador le va a marcar el camino a seguir, le puede aconsejar, pero él interesado es el que debe hacerlo.
Un saludo,
Gracias Cristina, sin duda es así, nadie puede hacer nada por nosotros mismos salvo nosotros mismos…. Un placer leerte por aquí, de verdad, estamos en contacto, un saludo!!
Totalmente de acuerdo. Pero hay un problema (o tengo un problema), no sé si desistir de los orientadores de empleo que están en los sindicatos. El viernes tenía una cita a una hora determinada (concertada a través del SEPE) con uno de ellos, estuve esperando y nadie me atendió. Casi no había nadie en el recinto (recinto llevado por un sindicato), solo estaba un señor (que no tenía que atenderme a mí) y una abogada especializada en asuntos laborales atendiendo a otra chica (tampoco era la que me atendía a mí). Como quien dice 4 gatos. Ni un puesto de información con personal atendiendo ni nada, el edificio parecía estar desierto. Al parecer, la orientadora estaba fuera o ni se presentó ese día. He estado esperando casi un mes para esto. Yo seguiré buscando empleo e informándome, pero pierdo la fe en este tipo de servicios (al menos los que llevan por los sindicatos).
Hola! Gracias por pasarte y comentar! Esto que expones es el reflejo de una realidad muy extendida en el mundo de la orientación, ojo, no el que no te atiendan, si no el que no haya personal. Este tipo de profesionales están a expensas casi siempre de subvenciones públicas que se pueden conceder o no, haciendo que los servicios sean intermitentes, con una gran movilidad y temporalidad de los propios profesionales y donde al final, el que siempre sale perjudicado, es el usuario (junto con el profesional que se va al paro, claro está) Una pena lo que comentas, la verdad…